Un hombre maduro se ve obligado a cuidar de una joven ciega.
Maravillosa, preciosa, emotiva, tierna, entrañable y todo lo que se os ocurra similar a esos epítetos. De lo mejorcito que ha hecho Zhang Yimou, y ahora que la he visto por segunda vez me ha gustado más que la primera, si es posible.
Es genial la manera en que trata una historia tan dramática con tantos toques cómicos.
Magnífica Dong Jie, que está insuperable en el papel de la ciega.
En fin, una imprescindible como la copa de un pino.
Un 8.
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