Monday, August 3, 2009

Déjame entrar (Suecia, 2008)


Un niño de 12 años entabla una extraña amistad con una niña de su edad que se muda al piso de al lado justo antes de que comience a haber una serie de misteriosos asesinatos en la zona.

A pesar de que intento no tener expectativas altas cuando veo una película para evitar decepciones, y casi siempre consigo verla sin una idea predeterminada por mucha buena crítica que oiga, esta vez no lo logré. Esta vez la vi convencido de que iba a ver EL peliculón del año, y por desgracia y aunque me ha encantado, no he podido evitar una ligera decepción. Uno de los peliculones del año, sí, el mayor de todos... no estoy seguro.

Y, por si eso fuera poco, un subnormal me reventó que Eli es un vampiro, con lo que todo lo que al principio parece misterioso y que lleva al espectador a preguntarse por qué ocurre lo que ocurre, y a ir intuyéndolo poco a poco a medida que se van dando pistas, descubriéndolo en algún momento antes de que lo digan o se vea claramente, se echó a perder. Probablemente si la hubiera visto sin saber eso (o, lo que es lo mismo, sin saber nada, ya que era lo único que conocía de la trama), hubiera estado a la altura de mis expectativas o incluso las habría superado.

Oskar y Eli

Dejo de enrollarme y voy al grano. ¿Por qué es tan especial esta película? Lo primero ya lo he dicho, el guión lleva al espectador poco a poco de la absoluta ignorancia sobre lo que ocurre a revelarle qué pasa con esa niña tan extraña, haciendo que el filme sea tremendamente intrigante. Para cuando se sabe, engancha aún más, queriendo ver constantemente qué va a pasar a continuación.

Otro punto a favor es que el director ha elegido muy cuidadosamente qué mostrar, qué insinuar y qué dejar totalmente a la imaginación del espectador. El mejor ejemplo que se me ocurre es la escena de la piscina. Brutal por lo poco que muestra y lo que imaginamos al ver la escena, y muchísimo más efectivo que si lo hubiese enseñado claramente, como muchos directores hubieran hecho en pos de una supuesta mayor espectacularidad, que desde luego hubiera impresionado mucho menos.

Y la tercera gran baza son los actores. Increíbles las actuaciones de estos mocosos. Él, Kåre Hedebrant, hace la segunda mejor interpretación que he visto nunca en un niño, superado sólo por Yagira Yûya en Nadie sabe. Ella, Lina Leandersson, entra en ese selecto grupo de niñas prodigio que me dejan sin palabras al demostrar lo que son capaces de hacer, uniéndose a Jodie Foster, Natalie Portman y Ko Ah-sung en Taxi Driver, El profesional (Leon) y The Host respectivamente. Rara vez se consigue sacar una buena interpretación a un niño. Pues bien, aquí tenemos no a uno sino a dos que superan con creces lo que suele hacer un adulto. Especialmente ella.

En Hollywood, como no podía ser de otra manera, ya están preparando el remake, con estreno previsto en 2010. Mi consejo está claro, ved esta y pasad de la otra.

Resumiendo: gran guión, gran dirección y grandes interpretaciones de los protagonistas. ¿Qué más queréis?

Si no me hubieran destripado eso que he dicho posiblemente le daría un 9, y me da una rabia tremenda haberla disfrutado menos de lo que lo habría hecho, pero qué se le va a hacer.

Un 8.

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