Friday, July 16, 2010

La princesa Mononoke (Japón, 1997)

Battosai

Hace mucho tiempo, la tierra estaba cubierta de bosques en los que vivían los espíritus de los dioses. Un guerrero condenado a muerte por un maleficio viaja a una región en guerra para observar con mirada desprovista de odio y así, quizá, lograr levantar la maldición.

La, en mi opinión, obra cumbre del casi siempre genial Hayao Miyazaki es una trepidante película de aventuras en la que un joven mediará entre los distintos bandos de una guerra sin tomar partido por nadie, intentando evitar muertes innecesarias.

Miyazaki retoma el conflicto entre el hombre y la naturaleza que ya utilizó en Nausicaä del Valle del Viento, construyendo así una historia repleta de acción y personajes maravillosos, ninguno plano entre los muchos que son mínimamente importantes.

Los "escenarios" son de una belleza y un nivel de detalle extraordinarios, haciendo que sea fácil para el espectador meterse en ese mundo, que casi parece real. Y no es menor la atención al detalle en todo lo demás.

Por si fuera poco, el filme está aderezado con uno de las mejores trabajos que ha firmado uno de los más grandes compositores de música para cine: Joe Hisaishi.

La mejor película de animación que he visto y probablemente la mejor que se ha hecho nunca. Y punto.

Un 10.



Ulises

Aun recuerdo cuando vi esta película por primera vez en un auditorio universitario, de donde salí con lagrimones en los ojos. O sea que sí, lo reconozco, Mononoke Hime es una de las principales candidatas a película favorita de Miyazaki, puesto especialmente competido a causa de la casi insoportable "obramaestría" que aplica el señor Hayao a lo que es toda su mitológica filmografía.

Aunque su vertiente mas conocida sea la de la "animación infantil para adultos", sus dos aproximaciones a la temática épica y belicista (junto a Nausicaa) sorprenden por la crudeza de las escenas de violencia y guerra en alguien que nos tiene tan acostumbrados a su faceta ensoñadora, aun sin abandonar sus acostumbrados mensajes ecológicos y pacifistas aquí mas evidentes que nunca. La mitología japonesa, al igual que en El Viaje de Chihiro y en Mi Vecino Totoro, es fundamental en toda la iconografía de una obra que aun siendo básicamente de acción con numerosas escenas de combates consigue algunos de los mas grandes momentos emocionales de su carrera (la escena de las hojas medicinales me chifla absolutamente) y con varios de los personajes mas simbólicos de su imaginario, como son los inolvidables "kodamas", el espíritu del bosque o sin ir mas lejos San, uno de los protagonistas mas emblemáticos de todas sus películas.

Muy pero que muy grande.

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