Una nave acude en ayuda de otra que misteriosamente ha dejado de dar señales de vida. Allí, en medio del espacio, sus tripulantes descubrirán que están rodeados por una horda de monstruos y deberán luchar por sobrevivir.
Tremendo juego que combina lo mejor del survival horror y la acción. La atmósfera es muy lúgrube y la música está muy lograda, de modo que el jugador experimentará un estado de tensión constante... al menos hasta que se acostumbre. Y raro será que alguien se pase el juego sin llevarse algún que otro susto de los buenos.
La cámara es similar a la de los Resident Evil 4 y 5. Sin embargo, no es una mera copia de esos juegos ni de ningún otro que yo conozca, consiguiendo así unas características propias que lo hacen digno de probar.
No vale con reventar la cabeza a los enemigos, ya que aun así seguirán atacándote. Hay que desmembrarlos. Los disparos al cuerpo apenas les afectan, por lo que tendremos que apuntar a las extremidades y la cabeza para arrancárselas y así librarnos de ellos.
También habrá momentos en que tengamos que atravesar zonas de vacío, sin aire. Como el traje solo una reserva de oxígeno de poca duración, habrá que tener mucho cuidado para pasar rápido por esa zona haciendo lo que sea necesario... a la vez que nos atacan. Asimismo, hay otras zonas de gravedad cero en las que los monstruos pueden venir desde cualquier dirección.
Algo que no había visto en ningún otro juego de este estilo y me ha encantado es que pulsando un botón sale una senda luminosa que nos indica por dónde se va hasta el siguiente objetivo, evitando perderse y dar vueltas a lo tonto.
La duración no es muy allá, pero tampoco se hace demasiado corto. Da para unas 12 horas, aproximadamente. En otros géneros no sería nada, pero aquí es suficiente, aunque sí se agradecería que durase algo más.
Todo ello con un nivel técnico a la altura y doblado al español. ¿Qué más se puede pedir? Yo no conocía el juego hasta que me lo dejó un amigo, y ha sido sin duda una grata sorpresa.
Un 8.
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