La tranquilidad y la plácida existencia de una familia se verá alterada con la llegada a su hogar de una criada.
No había visto ninguna película coreana anterior a los 90 (de hecho creo que ninguna anterior a 2000) ni ninguna de este director y no podía haber empezado con mejor pie. No sé cómo serán las otras películas de Kim Ki-young, pero en esta él me ha parecido algo así como una mezcla entre Luis Buñuel y Alfred Hitchcock, cogiendo lo mejor de cada uno.
Fascinante y turbadora a partes iguales, en la primera mitad parece que la cosa va a ser más bien un drama (uno muy bueno, por cierto), hasta que en la segunda se torna en suspense puro y duro con escenas que bien parecen sacadas de un filme de Hitchcock.
Mención aparte se merece la magnífica banda sonora.
Se está preparando un remake también coreano que se estrenará en 2010, medio siglo después de la original.
He editado los premios Batto de 1960 y los de 1960-1964 para incluirla.
Un 8.
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