Ranma 1/2

Aventuras desventuras de un adolescente experto en artes marciales que al entrar en contacto con agua fría cambia de sexo, pudiendo volver a su forma original con agua caliente.

Manda huevos que con el tiempo que hace que no publico una reseña de manga (más de dos meses) ahora no se me ocurra gran cosa que decir sobre Ranma 1/2, la obra más conocida de una de las más grandes autoras de manga, Rumiko Takahashi. O más bien no se me ocurre gran cosa que decir que no dijera en su día sobre Lamu.

Y es que son más o menos lo mismo, cambiando extraterrestres con poderes, demonios y demás fauna sobrenatural por gente que se transforma al entrar en contacto con el agua en chica; oso panda; gato; pato; cerdito; mezcla de yeti, toro, anguila y grulla; o cualquier otra cosa que se le ocurra a la autora. Y los que no se transforman también son para echarlos de comer aparte.

Aparte de tan variopintos personajes, los líos en que se ven envueltos son también a menudo de lo más surrealistas e imaginativos, siempre con ese humor tan característico de la autora.

La única pega que se me ocurre es lo repetitivo de determinadas situaciones y lo forzado de otras. Por ejemplo, cuando conviene que un personaje se transforme siempre da la casualidad de que se pone a llover, o una señora tira un cubo de agua por la ventana y le cae encima, o un camarero se tropieza y se le cae el té... Pero bueno, como la gracia del asunto en esos momentos no está en el hecho de que se transformen sino en lo que ocurre a raíz de la transformación, supongo que se le puede perdonar.

Un 7.