Friday, November 12, 2010

Final Fantasy XIII (360)


Decimotercera entrega "de verdad" (secuelas y spin-offs aparte) de la saga videojueguil de rol más famosa del mundo mundial, ambientada en un lugar en el que los fal'Cie, unos seres poderosísimos, convierten a algunos humanos en lu'Cie, otorgándoles poder y encomendándoles una misión. Si no la cumplen, se transformarán en unos monstruos llamados Cie'th. Si la cumplen, en estatuas de cristal. Vamos, que están jodidos. En ese mundo se mueven los 6 protagonistas de Final Fantasy XIII, que deciden rebelarse al orden establecido, cada uno por sus propios motivos.

Segunda vez que un FF está protagonizado por una mujer, dicen (la primera fue en el VI). Y debe de ser verdad, ya que la ponen en la portada, pero tal como se desarrolla el juego yo no lo tengo tan claro. A medida que transcurre la aventura, la trama va pasando de unos personajes a otros, que no paran de juntarse y separarse, sin que uno tenga más importancia que los demás. Y cuando por fin están juntos, el jugador tiene la libertad de controlar a quien le plazca y formar el equipo que crea oportuno, pudiendo dejarla a ella fuera.

Durante gran parte del juego, la mecánica es muy sencilla: avanzar por el único camino posible (de vez en cuando con alguna bifurcación en la que conseguir algún objeto) enfrentándose a los enemigos que se nos crucen por delante y ver vídeos en los que se relata la trama. Cuando me enteré, pensé que no me iba a gustar nada, pero como fan acérrimo de la saga que soy no podía dejar escapar la oportunidad de jugarlo después de que Sony perdiera la exclusiva y saliera para Xbox360. Si luego era como pensaba, siempre estaba a tiempo de criticarlo. Por suerte, no ha sido el caso.


Final Fantasy XIII engancha irremediablemente desde el primer momento gracias a una historia y un guión mucho mejores de lo que suelen ser las historias y guiones de videojuegos, con un desarrollo de los personajes principales muy bien trabajado; así como a uno de los mejores sistemas de combate, si no el mejor, que he visto nunca en un RPG (no voy a explicar cómo es porque hacerlo bien requeriría tanto espacio como ocupa esta entrada y hacerlo mal carece de sentido). Además, todo un acierto, aunque los vídeos son muy frecuentes, rara vez son demasiado largos, con lo que no se cansa uno de ellos. Yo, que siempre me he quejado de los juegos con muchos vídeos, estaba aquí encantado.


Y entonces se llega a una parte en la que el jugador tiene ya más libertad y no hay que seguir la senda previamente marcada. ¡Sorpresa! Esta parte que parecía a priori la mejor resulta ser la más floja. No jugablemente, claro, pero después de más de 25 horas enganchados nos encontramos con que la historia avanza a paso tortuga y se va perdiendo el hilo a medida que se realizan misiones secundarias que consisten en dar caza a determinados enemigos. Sigue estando a un gran nivel, pero no es la obra maestra que era hasta entonces. Y aunque en teoría se puede seguir con la historia principal directamente, en la práctica es poco menos que imposible porque hay que mejorar los atributos de los personajes para hacer frente a los enemigos que les saldrán al paso. Y ya que hay que hacerlo, mejor dedicarse a superar misiones que a luchar por luchar.

Dicha mejora se realiza mediante un menú en el que gastar los puntos de experiencia acumulados. En dicho menú hay 6 roles: castigador (mete hostias como panes), fulminador (aturde a los enemigos), protector (protege a los compañeros, obviamente), obstructor (induce estados alterados en los enemigos), inspirador (confiere estados beneficiosos a los aliados) y sanador (cura, obviamente). Así, habrá que especializar a cada personaje en varios de esos roles para crear poderosas formaciones de combate con los 3 personajes que formen equipo. Y dichas formaciones pueden cambiarse durante la lucha según las circunstancias tantas veces como sea necesario.


Algo que no ha gustado a todo el mundo es que si se muere en un combate, se vuelve al instante anterior a empezarlo, y que al terminar una lucha se vuelve a tener la vida a tope. Hay quien se queja de que se pierde así la presión por salir victorioso. No opino lo mismo. El sistema clásico de los Final Fantasy (y de la mayoría de los RPGs japoneses) se basa en el desgaste de los personajes. Salvo contra los enemigos finales, la mayoría de los combates resultaban sencillos, pero poco a poco, tras muchos combates, los personajes iban quedando debilitados. Aquí, al contrario, los enemigos ordinarios nos pondrán muchas veces contras las cuerdas, por lo que es habitual acabar los enfrentamientos con muy poca vida. De ahí que la rellenen automáticamente. E igualmente, como es bastante fácil perder un combate, si cada vez que ocurriera tuviéramos que volver a empezar desde el último punto de guardado, acabaríamos tirando el juego por la ventana. Puntos de guardado, por cierto, bastante próximos unos a otros, con lo que no nos veremos esperando encontrar uno desesperadamente porque tenemos que dejar de jugar pero no queremos perder los avances de la última hora.


El diseño de los personajes y su nivel de detalle, especialmente el de las féminas, es una absoluta maravilla, así como el poderío gráfico del que hace gala el juego. Probablemente no exagero si digo que en ese aspecto es el más potente que probado nunca. Quienes me conocéis sabéis de sobra que los gráficos son a lo que menos importancia le doy en un juego. Prefiero que sea entretenido y/o divertido (¿de qué sirven los mejores gráficos del mundo si no?), una buena ambientación, una buena jugabilidad o muchas otras cosas más importantes. Pero igual que digo eso digo que a nadie amarga un dulce.


Y la música, casi igual de magnífica.

Por último, y por mencionar algo que me ha cabreado mucho y que se vea que no voy a ensalzarlo todo... ¡no ha sonado ni una vez la musiquita de la victoria! ¿¡Cómo se atreven a llamarlo Final Fantasy sin esas 9 notas!? En el XII me mosqueó durante muchas horas de juego que no sonase, pero acabó haciéndolo en momentos clave. ¡Aquí ni eso!

Un 8 que sería un 9 si todo el juego fuese como la primera parte.


Y ya que con este he jugado a todos los Final Fantasy offline (es decir, a todos menos el XI y el XIV), los coloco por orden de preferencia. Con dos cojones.

1. Final Fantasy VIII
2. Final Fantasy VI
3. Final Fantasy IX
4. Final Fantasy VII
5. Final Fantasy X
6. Final Fantasy XIII
7. Final Fantasy XII
8. Final Fantasy IV
9. Final Fantasy V
10. Final Fantasy III
11. Final Fantasy y Final Fantasy II

Que conste que los 9 primeros de la lista son Dios y los otros 3 no están nada mal.

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